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Favila ( 737 al 739)
Hijo de don Pelayo, también conocido por el nombre de Fáfila, gobernó «dos años, siete meses y diez días» desde 737 hasta 739. Según la Crónica rotense , Favila murió prematuramente debido a un enfrentamiento con un oso. Es posible que la muerte de rey Favila fuese un asesinato político, como hubo otros en este reino más adelante. También se baraja que la lucha con el oso fuera una especie de rito de virilidad, una de las pruebas de valor normalmente exigidas a la nobleza de la época. Fue un gran amante de las cacerías, lo cual hace más verosímil la historia que dice fue despedazado por un oso al que irritó imprudentemente. Descuidó los asuntos de estado al no ser importunado por los árabes que guerreaban por entonces en Francia y así lo refleja la Crónica sebastianense que dice que Favila «no hizo nada digno de la historia». La elección de sucesor recayó en el que reinaría como Alfonso I de Asturias, casado con Ermesinda o Hermenesinda, hermana de Favila, hija de don Pelayo y de la reina Gaudiosa. Situación semejante se produciría con la caída de la dinastía astur-leonesa, con la desaparición de su último rey Bermudo III de León, sustituida por la dinastía Jimena de Pamplona, por derecho filial hereditario a través de matrimonio con la hermana del fallecido monarca. Casado con Froiluba en fecha desconocida, tampoco nos han quedado muchos datos sobre su esposa, aunque todo apunta a que ésta fue la madre de sus dos hijos, de los cuales se ignora cuál fue su destino, tras la prematura muerte de su padre. En este sentido hay que señalar que algunos investigadores sostienen que una de sus hijas, Favinia, pudo contraer matrimonio con el Duque Luitfred III de Suevena, aunque esta afirmación no ésta corroborada por las distintas crónicas asturianas. Después de su defunción, el cadáver del rey Favila, según refiere el cronista Ambrosio de Morales, recibió sepultura en la iglesia de la Santa Cruz de Cangas de Onís que el monarca había ordenado erigir junto con su esposa, la reina Froiluba. Según las Crónicas asturianas, hubo una lápida, con la siguiente inscripción: “Sea agradable a Cristo esta iglesia por el trofeo de la cruz, la cual su siervo Favila edificó con probada fe, con Froileva su mujer y sus hijos, los cuales, por tu merecimiento, oh Cristo, tengan cumplida gracia y después de esta vida misericordia eterna.” En la misma iglesia, según refiere Morales, recibió sepultura su esposa la reina Froiluba, aunque los restos mortales de ambos cónyuges no se conservan en la actualidad. Leyenda: La leyenda de la muerte de Favila acabó formando parte de ese mito. Cuenta Fray Prudencio de Sandoval en ‘Historia de los cinco obispos' (1639): "Como el rey D. Favila fuese venido a esta vega, o cerca de Santa Cruz. Una gran cabalgada de moros que habían entrado a correr aquellas montañas teniendo sus tiendas en el campo cerca de la ermita que digo de Santa Cruz sin quitarse el saco de malla que traía con el pavés (escudo oblongo que cubre casi todo el cuerpo) en la mano y la espada en la cinta, quiso ir a montería. Su mujer la reina Froiliuba, dándole el corazón saltos con temor de algún mal suceso, porfiaba con el rey que se desarmase, que venía cansado de pelear y que dejase por aquel día la caza. Trábale del faldón de la ropa pidiéndole con lágrimas y palabras de amor que se apease. El rey porfiaba en ir y tomando un azor en la mano se despidió de la reina; y ella con mucho sentimiento le abrazó y besó, quedando muy lastimada por los secretos anuncios que le daba el alma”. La historia continua: El rey subió por un monte que está cerca de la vega, que se llama sobremonte al lugar de Helgueras, metióse en un vallecillo que hace ese monte y yendo sólo se topó con un oso; osada y atrevidamente, soltando el pájaro que llevaba echó mano de su espada y embrazó el pavés, cerró con el oso dándole una estocada por los pechos o ijadas, más no bastó en quitar al oso que no se abrazase con el rey, y le hiriese hasta matarle sin tener quien le ayudase. En el lugar donde los suyos le hallaron muerto está hoy una cruz." Ese lugar está en la aldea de Llueves, cerca de Cangas de Onís. Allí una piedra recuerda el supuesto suceso. Lleva una inscripción escueta pero elocuente: “Un oso mató aquí al rey Favila”. Bibliografía: Wiquipedea https://es.wikipedia.org/wiki/Favila_de_Asturias Diccionario de los reyes de España. Editorial Alderabán. Autor, Manuel Ríos Mazcarelle. Asturias Medieval. Editorial Trea, S.L. Autor César García de Castro Valdes y Sergio Ríos González. Historia del Reino de Asturias de Paulino García Toraño. Editorial Gráficas Summa . La web de las biografías.http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=favila-rey-de-asturias La vida de los años un blog dehistorias. http://vidayeltiempo.blogspot.com.es/2011/07/un-oso-mato-al-rey.html
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Relieve de San Pedro de Villanueva, Parroquia de Villanueva, Cangas de Onis.
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Froiluba, Froleba o Froila Lopez Más seguro e indubitado es el nombre de la segunda reina asturiana, la mujer de Favila. Lo transmite la más antigua inscripción de la Monarquía asturiana, que estaba en la ermita de Santa Cruz, en Cangas de Onís, destruida en 1936, pero leída y transcrita por varios autores. En ella constaba su edificación por el rey Favila en honor de la Santa Cruz y su consagración el 27 de octubre de 737. El epígrafe estaba situado sobre el arco que daba entrada a la capilla y en él se recogía el nombre de la esposa de Favila, Froiliuba, así como que la real pareja ya tenía hijos. Ni de la reina ni de sus hijos se vuelve a saber nada más. El P. José Álvarez de la Fuente dice que Froiliuba es lo mismo que Froila Lopez, y que era señora muy principal y dotada de singulares prendas en lo católica, en lo atenta, y en lo benigna con sus vasallos.Floiliuba , que pertenece sin duda á muy elevada clase, casó con Favila, hijo de Pelayo. No debía hacer mucho tiempo que estaban casados, cuando Favila fue elegido para suceder a su padre en la gobernación del reino.Era Favila extremadamente apasionado por la caza, lo cual, ni había de ser del grado de sus vasallos, porque necesitaban más un Rey guerrero que cazador, ni debía ser tampoco aquella afición del agrado de su esposa. Comprendía esta que no en los montes entre las fieras debía mostrar su esposo su valor, sino ante los enemigos de la fe y de la patria, y se oponía a sus batidas en los montes vecinos. Así lo demuestra también un inapreciable documento en San Pedro de Villanueva, fundado por sus inmediato sucesor Alfonso el Católico y su esposa Ermesinda, al pie de la misma montaña donde halló Favila tan desastrosa muerte. Son unas piedras, cuyos relieves describe así Sandoval:Está un caballero cubierto de malla, y una celada en la cabeza, un azor en la mano, y a caballo, y una mujer que se abraza a él, y como que tiraba por detenerlo. Al otro lado del arco, estas mismas figuras, y besándose, que debía de ser, cuando ya no bastaron los ruegos de la reina para detener al rey. En otra parte está el mismo caballero armado, y con el yelmo o celada, embarazado el pavés, que le cubre de pies a cabeza, y la espada metida por el cuerpo de un oso, y el oso presas ambas manos en pavés y abierta la boca.Esta manifestación tan afirmativa y de tan respetable autoridad como el venerable obispo, la desmintió otro escritor, Ambrosio de Morales, no menos respetable también. Y cosa extraña, ambos tenían razón.Las piedras existían, pero la ignorancia de los monjes las cubrió al hacer la obra de la nueva torre, que aún existe, y no pudo en efecto verla Morales. Pero hace poco con más fortuna, o inspirado el genio del artista, el señor Parcerisa adivinó con claro talento el sitio donde debían estar las piedras, arrancó algunas, y halló escondo el inapreciable tesoro artístico que buscaba. Hace poco tiempo, que se puede contemplar la figura de Froiliuba conteniendo a su esposo, y parecía mostrar aquella sencilla pero admirable escultura el esfuerzo que hacia aquella desgraciada reina por detener a su esposo, cuya horrible muerte adivinaba el instinto de mujer, ese instinto del amor, que parece que es providencial. Floiliuba adivinó su desgracia, veía su viudez. Favila fue a cazar, y sabido es su trágica muerte. Se cree que le sobrevivió mucho, y fue sepultada en la iglesia de la Santa Cruz, al lado de su esposo. Favincia, una de sus hijas, casó con el tercer duque de Suevia, y por esta boda, vemos a nuestra Casa Real hecha tronco del árbol genealógico de la casa imperial de Francia, por haber sido nieta dela hija de Floiliuba, la mujer de Carlomagno, Hildegarda, madre que fue del emperador Ludovico Pio, y tronco también de la Casa de Austria. Bibliografía Diccionario de los reyes de España. Editorial Alderabán. Autor, Manuel Ríos Mazcarelle. Asturias Medieval. Editorial Trea, S.L. Autor César García de Castro Valdes y Sergio Ríos González. Historia del Reino de Asturias de Paulino García Toraño. Editorial Gráficas Summa . Web "Mujer, arte y literatura". https://seguicollar.wordpress.com/2008/06/23/historia-de-la-mujeres-celebres-del-medievo-iv-froiliuba" La web de las biografías" http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=froiliuba
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Favinia, hija de Favila Favinia, pudo contraer matrimonio con el Duque Luitfred III de Suevena, Casa Real hecha tronco del árbol genealógico de la casa imperial de Francia, por haber sido nieta dela hija de Floiliuba, la mujer de Carlomagno, Hildegarda, madre que fue del emperador Ludovico Pio, y tronco también de la Casa de Austria. Bibliografía Diccionario de los reyes de España. Editorial Alderabán. Autor, Manuel Ríos Mazcarelle. Asturias Medieval. Editorial Trea, S.L. Autor César García de Castro Valdes y Sergio Ríos González. Historia del Reino de Asturias de Paulino García Toraño. Editorial Gráficas Summa . Compendio cronológico de la historia de España de los timpos más remotos hasta nuestros días. Autor, Joseph Ortiz y Sanz (Presbitero) Web Condado de Castilla http://www.condadodecastilla.es/personajes/fafila/
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